
Pedagogía asociada a las tendencias en tecnología educativa
Tarea 1 | Taxonomías cognitivas
En este documento se abordan las principales taxonomías utilizadas en el ámbito educativo.
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Taxonomía de objetivos de la educación (Benjamín Bloom)
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Taxonomía de los objetivos educativos (Marzano y Kendall)
Principales taxonomías basadas en el área cognitiva
Por: Cinthya Thalia Morales Vitela
20 de Enero, 2018
El término taxonomía tiene su origen en un subcampo de la biología dedicado a la clasificación de seres vivos, que de acuerdo a sus diferencias y similitudes se crean agrupaciones jerárquicamente ordenadas ascendentemente de genéricas a específicas (Centelles, 2005). Sin embargo, a partir del siglo XX dicho concepto se ha incorporado a diferentes ámbitos del conocimiento, entre ellos la educación. Las dos posturas que se abordan en este trabajo son: la Taxonomía de Bloom y la Nueva Taxonomía de Kendall y Marzano, las cuales, aunque no son las únicas se presentan como las más representativas en la literatura.
Taxonomías cognitivas
Doctor en Educación por la Universidad de Chicago, miembro de la junta de exámenes y examinador de esta misma universidad, entre otros logros como profesor e investigador en el campo de la educación; Benjamín S. Bloom, fue el creador de una herramienta fundamental para establecer objetivos de aprendizaje la cual se denominó Taxonomía de Bloom (Olivera, 2011). Dicha taxonomía surge en el marco de la Convención de la Asociación Norteamericana de Psicología en 1948, la cual tuvo lugar en Boston, Massachusetts. Donde, con la intención de mejorar y facilitar la comunicación entre examinadores se crea esta clasificación promoviendo, en este sentido, el intercambio de materiales de evaluación.
A través de ella se identifican tres dominios; el cognitivo, el afectivo y el psicomotor, en el caso que compete a este trabajo, se analizará tan solo el dominio cognitivo. Este dominio se sostiene bajo la premisa de que las operaciones cognitivas se pueden clasificar en seis niveles de complejidad creciente y que cada uno está determinado por la capacidad de desempeño de los niveles precursores, estos son: el conocimiento, la comprensión, la aplicación, el análisis, la síntesis y la evaluación (Pérez y Sepúlveda, 2008). De acuerdo a Olivera (2011) y con la finalidad de clarificar en qué consiste cada nivel, se describen brevemente a continuación:
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Conocimiento: se define como la memorización de la información que se expresa a través del reconocimiento o recuerdo de hechos específicos aislados.
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Comprensión: consiste en captar el sentido directo de una comunicación o fenómeno.
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Aplicación: este nivel abarca la interrelación de principios y generalizaciones con casos particulares o prácticos.
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Análisis: implica la división de un todo en sus partes y la percepción del significado de las mismas en relación con el conjunto.
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Síntesis: es la comprobación de la unión de los elementos que componen un todo, es decir, pueden consistir en la producción de una comunicación, un plan de operaciones, o una serie de relaciones abstractas.
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Evaluación: este tipo de conocimiento comprende una actitud crítica ante los hechos y se relaciona con juicios relativos a la evidencia interna y externa.
Si bien, la Taxonomía de Bloom sigue vigente desde su creación a la fecha, se han creado otras taxonomías que han sido de gran aceptación en el ambiente académico, como lo es la Nueva Taxonomía de Marzano y Kendall (2000) o también llamada “taxonomía de los objetivos educativos”. Esta clasificación se encuentra basada en la Taxonomía de Bloom pero reúne los nuevos conocimientos del procesamiento humano y a diferencia de la de Bloom no pretende solo clasificar la forma en como procesamos la información, sino que se encuentra orientada al aprendizaje y a la capacidad de dificultad en la ejecución de procesos mentales (Prado, s.f).
Algunas de las utilidades que ha proporcionado esta Nueva Taxonomía son: la formulación de los objetivos en términos de conductas observables, medibles y posibles de alcanzar; el diseño de evaluaciones y estándares más efectivos para los educadores; y como estructura del diseño de currículos basados en habilidades del pensamiento (Gallardo, 2009), esta clasificación se compone de tres sistemas y cuatro niveles de procesamiento derivadas del último sistema:
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Nivel 6 - Sistema interno (self): pese a ser el nivel más elevado es el responsable de iniciar con el proceso de pensamiento, partiendo de la motivación.
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Nivel 5 – Sistema metacognitivo: es el encargado de decidir las metas y estrategias de la ejecución del sistema cognitivo.
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Nivel 4 –Utilización del conocimiento (Sistema cognitivo): este nivel incluye la capacidad de resolver problemas, tomar decisiones, experimentar e investigar.
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Nivel 3 – Análisis (Sistema cognitivo): en este nivel se incorporan los procesos de asociación, clasificación, análisis de error, generalización y especificación, necesarios para la comprensión del individuo.
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Nivel 2 – Comprensión (Sistema cognitivo): en este nivel se identifica lo esencial, clasificando mediante organizadores gráficos las categorías.
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Nivel 1 – Recuperación (Sistema cognitivo): es el encargado de la recuperación, el recuerdo y la ejecución, los cuales, se dan de manera automática.
Aplicación de la taxonomía a un caso de investigación real
Ahora bien, para el trabajo de investigación denominado: “Caracterización de las competencias informacionales y la práctica ética en estudiantes universitarios del área de ciencias sociales de la FCAyS- UABC” (Morales-Vitela, [en prensa]). Se plasmaron los objetivos en base al trabajo realizado por Bloom. Esta decisión se tomó debido a que el estudio pretende clasificar a los estudiantes mediante su capacidad de desempeño en la forma de cómo procesan y aplican la información, sin explorar la complejidad de los procesos mentales, el cual es el objetivo principal de la Taxonomía de Bloom.
Los objetivos específicos de la investigación pretenden estimar del nivel de las competencias informacionales y el empleo de las prácticas éticas en estudiantes universitarios y en base a esto clasificar a los mismos de acuerdo al nivel que presentan (Morales-Vitela, en prensa). De acuerdo a la taxonomía seleccionada, el desarrollo de los objetivos específicos se centran en el nivel V, correspondiente a la categoría de síntesis, mientras que el objetivo general se ubica en el nivel VI el cual respecta a la categoría de evaluación.
Las taxonomías inciden sobre la planeación de estrategias pedagógicas y la identificación actual de los procesos de enseñanza-aprendizaje, favoreciendo a los docentes en sus quehaceres educativos, por lo que resulta indispensable ponerlos en práctica en cualquier planeación del ámbito educativo.
Bibliografía:
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Centelles, M. (2005). Taxonomías para la categorización y la organización de la información en sitios web= Taxonomies for categorisation and organisation in Web sites. Hipertext. net, (3). Recuperado de https://www.upf.edu/hipertextnet/numero-3/taxonomias.html
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Gallardo, K. (2009). La Nueva Taxonomía de Marzano y Kendall: una alternativa para enriquecer el trabajo educativo desde su planeación. 25(10), 2014. Recuperado de http://www.cca.org.mx/profesores/congreso_recursos/descargas/kathy_marzano.pdf
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Olivera, S. W. (2011). Taxonomía de Bloom. Universidad Cesar Vallejo, 4. Recuperado de https://www.academia.edu/17961944/4-taxonomia-de-bloom_CESAR_VALLEJO
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Pérez, C. y Sepúlveda, M.F. (2008) “Taxonomía de Benjamín Bloom” [Entrada de blog] Recuperado de https://mafrita.wordpress.com/
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Prado, F. (s.f) “Taxonomía de Benjamín Bloom” [Entrada de blog] Recuperado de https://taxonomiamarzano.weebly.com/comprendiendo-la-taxonomiacutea.html